¿QUÉ ES?
El cáncer de piel es una enfermedad producida por el desarrollo de células cancerosas en cualquiera de las capas de la piel.
Existen dos tipos: el tipo no melanoma y el melanoma.
El cáncer de tipo no melanoma es el más frecuente y se denomina no melanoma porque se forma a partir de otras células de la piel que no son las que acumulan el pigmento (los melanocitos). Dentro de este tipo se encuentran todos los cánceres de piel menos el melanoma maligno que es menos frecuente y más maligno y que se explica más adelante.
Existen dos tipos: el tipo no melanoma y el melanoma.
El cáncer de tipo no melanoma es el más frecuente y se denomina no melanoma porque se forma a partir de otras células de la piel que no son las que acumulan el pigmento (los melanocitos). Dentro de este tipo se encuentran todos los cánceres de piel menos el melanoma maligno que es menos frecuente y más maligno y que se explica más adelante.
El cáncer de piel se da más en las personas de piel blanca y que han pasado mucho tiempo expuestas a los rayos solares, sobre todo cuando la exposición solar tuvo lugar durante la infancia y se produjeron numerosas quemaduras solares. Aunque puede aparecer en cualquier parte de la piel, es más frecuente que se presente en la cara, cuello, manos y brazos.
Este cáncer es uno de los más frecuentes de todos los tipos de cáncer, y se calcula que se diagnostican dos millones de casos nuevos al año en el mundo.
En los últimos años, la incidencia del melanoma maligno ha aumentado espectacularmente, se ha multiplicado por 3,3 en varones y por 2,5 en mujeres, en los últimos veinte años en España. A pesar de esto, representa menos del 3% de todos los tumores y las campañas de diagnóstico precoz han permitido que la mortalidad se reduzca un 30% desde los años setenta.
Este cáncer es uno de los más frecuentes de todos los tipos de cáncer, y se calcula que se diagnostican dos millones de casos nuevos al año en el mundo.
En los últimos años, la incidencia del melanoma maligno ha aumentado espectacularmente, se ha multiplicado por 3,3 en varones y por 2,5 en mujeres, en los últimos veinte años en España. A pesar de esto, representa menos del 3% de todos los tumores y las campañas de diagnóstico precoz han permitido que la mortalidad se reduzca un 30% desde los años setenta.
Se puede reconocer por un cambio en el aspecto de la piel, como una herida que no sana o una pequeña protuberancia. También puede aparecer una mancha roja, áspera o escamosa con tendencia a crecer.
Ante cualquier cambio o anormalidad de la piel, hay que acudir al médico. Éste puede extraer una muestra y analizarla (biopsia) para comprobar si es un tumor maligno o no.
Ante cualquier cambio o anormalidad de la piel, hay que acudir al médico. Éste puede extraer una muestra y analizarla (biopsia) para comprobar si es un tumor maligno o no.
El cáncer de piel más letal
A pesar de que existen varios tipos diferentes de cáncer de piel, la mayoría no ponen en riesgo la vida de las personas ya que es poco probable que se propaguen a otras partes del cuerpo. Lamentablemente, el melanoma es diferente. Si no se lo detecta a tiempo, el melanoma puede propagarse desde la piel hacia otros órganos, a menudo con consecuencias mortales.
Además, este tipo de cáncer de piel grave ya no se considera una enfermedad que afecta exclusivamente a personas mayores. El porcentaje de gente afectada por esta enfermedad está en ascenso, especialmente entre adolescentes y jóvenes de veinte a treinta años. Las investigaciones han demostrado que el aumento puede estar relacionado en parte con la exposición a los rayos ultravioletas (UV) del sol durante la niñez. Sólo en los Estados Unidos, el porcentaje de las personas que desarrollan un melanoma ha aumentado más del doble en las últimas tres décadas.
Si existe alguna buena noticia sobre el melanoma, se trata de la siguiente:
Acerca del melanoma
El melanoma es un tipo de cáncer que comienza en los melanocitos, las células de la capa profunda de la epidermis (la capa externa de la piel) cuya función es producir melanina, el pigmento que da color a la piel. Las personas de piel oscura tienen células que naturalmente producen una gran cantidad de melanina, mientras que las personas de piel blanca producen una cantidad mucho menor.
Los melanocitos comunmente se agrupan en forma de bultitos sobre la piel llamados lunares (o nevus, en términos médicos). La mayoría de las personas tienen varios lunares (a veces, incluso decenas) que en general no causan ningún tipo de problemas. Pueden ser planos o elevados, grandes o pequeños, claros u oscuros y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
A veces, sin embargo, los melanocitos no funcionan correctamente. Debido a un cambio genético (mutación), los melanocitos pueden comenzar a crecer fuera de control y, en consecuencia, agruparse y provocar lesiones o tumores de modo que desplazan las células sanas y dañan el tejido que se encuentra a su alrededor. Cuando esto sucede, estamos frente a cáncer.
Cuando un melanoma se detecta a tiempo, es decir, cuando todavía se encuentra en la superficie de la piel, se lo puede curar. Pero, si el melanoma no se detecta, puede extenderse por la piel hacia abajo hasta alcanzar los vasos sanguíneos y al sistema linfático. Estos dos sistemas pueden actuar como una autopista para las células cancerosas y permitirles un fácil acceso a órganos distantes como los pulmones o el cerebro. Es por eso que la detección temprana es sumamente importante.
Cómo se contrae
¿Cómo se convierte un melanocito normal en maligno? Los investigadores creen que es probable que se trate de una combinación de factores genéticos y de comportamiento. Pero uno de los denominadores comunes más significativos es el daño solar. Con el transcurso del tiempo, las células que han sido dañadas por los rayos UV son más propensas a convertirse en células cancerosas.
Y a pesar de que usted piense que la exposición ocupacional (permanecer al sol debido a un trabajo al aire libre, por ejemplo) es la que representa el mayor riesgo, las investigaciones han demostrado que, en realidad, la exposición recreativa tiene el potencial de causar la mayoría de los daños. Por lo tanto, los períodos cortos pero intensos de exposición que provocan quemaduras solares graves con ampollas, ya sea durante un día en la playa o en el parque o durante las vacaciones familiares, pueden ser más dañinos que un menor grado de exposición diaria.
Entre los adolescentes y adultos jóvenes, aquellos que utilizan camas solares tienen un riesgo ocho veces mayor de desarrollar melanoma ya que están expuestos a dosis "concentradas" de rayos UV.
Por supuesto, también existen otras razones relacionadas con el aumento de la exposición excesiva a los rayos nocivos del sol. Tal vez la reducción de la capa de ozono o los diseños de ropa que dejan más zonas de la piel expuestas hayan contribuido al aumento del riesgo. O quizás, dado que la expectativa de vida se ha alargado y las personas son más conscientes acerca de la gravedad de esta enfermedad, es natural que se diagnostiquen más casos de cáncer de piel. Pero muy probablemente el porcentaje de gente que sufre de melanoma en la actualidad tiene gran relación con las mismas ideas erróneas acerca del bronceado que la gente tenía hace algunos años atrás.